Rosario: La industria en caída libre
La decisión del gobierno nacional de reducir los aranceles de importación para heladeras y lavarropas ha impactado profundamente en la industria de línea blanca, especialmente en el Gran Rosario, donde un 70% de las fábricas que están ubicadas allí pertenecen a ese rubro. Esta medida, combinada con la recesión económica y la pérdida del poder adquisitivo, ha generado una caída significativa en la actividad y ha llevado a las empresas a reducir su plantel de trabajadores en un 30% y a eliminar turnos de producción.
La industria de la línea blanca, que genera unos 7,000 empleos directos y casi el doble de manera indirecta en Argentina, ha experimentado una caída del 50% en las ventas del mercado interno debido a la recesión económica y la pérdida del poder adquisitivo. La producción metalúrgica, incluyendo equipos y aparatos eléctricos, también ha sufrido una significativa retracción.
Roberto Lenzi, vicepresidente de la Cámara Argentina de Industrias de Refrigeración y Aire Acondicionado (Cairaa), señaló: “Tuvimos que comenzar a suspender primero y luego despedir, algo muy doloroso desde el punto de vista humano y además porque nos desprendemos de personal altamente capacitado”. La situación se agrava con el Régimen de Grandes Inversiones (RIGI) que se está por convertir en una realidad efectiva ya que forma parte del paquete de leyes que conocemos como Ley Bases, lo que plantea un riesgo adicional para la industria santafesina.
“Se está reduciendo entre 25% y 30% de la mano de obra en cada una de las industrias del rubro“,agregó Lenzi y acotó que muchas fabricas ya tuvieron que dar de baja el segundo turno de producción, lo que representa un síntoma peligroso para la industria rosarina.
Los fabricantes de electrodomésticos argumentan que la reducción de aranceles los deja en una situación de desventaja frente a otros mercados, especialmente China y Brasil. Además, el aumento de los costos de los insumos nacionales y la disparidad de costos con la industria internacional han agravado la situación. Por ejemplo, la chapa argentina cuesta entre un 30% y un 40% más que la importada de China, y los costos de transporte son considerablemente altos.
Aunque se espera que la situación pueda revertirse en el segundo semestre, la industria enfrenta un panorama catastrófico en el corto plazo. La caída en la producción y la demanda interna ha golpeado especialmente a Santa Fe, la provincia más afectada por la disminución de la actividad industrial, con una caída del 22.1% en marzo.