lunes, diciembre 23, 2024

Radiografía de la política argentina

EL QUIRÓFANO

Milei: entre ser liberal libertario y evitar el estallido

El Teorema de Baglini es real, incluso hasta para Javier Milei. Ahora bien, que sea real no quiere decir que sea meditado, el Presidente está muy lejos de querer “moderarse” y ser gradualista, pero Argentina con su sociedad compleja y su economía que no se queda atrás, lo obliga a “traicionarse” en busca de evitar el estallido.

Está claro que Javier Milei defiende, dentro de su concepción del mundo y de la economía, a la clase empresaria. Para el líder de La Libertad Avanza, si hay posibilidades de ganar dinero, los capitales van a llegar, van a invertir y van a ofrecer buenas condiciones laborales porque sino los trabajadores se irán a otra empresa. Todo muy teórico y muy lindo, pero la realidad argentina demostró ser muy distinta muchas veces. La clase empresaria en Argentina siempre, pero siempre, buscó ganar más dinero a costa del trabajo de otro y los oligopolios se pusieron frente a todo, manipulando el mercado y dejando sin opciones a una Argentina que contó, históricamente, con niveles de desocupación muy altos.

El claro ejemplo lo están viviendo con las Prepagas. Estas empresas aumentaron mucho más de lo debido y Caputo tuvo que salir con el cuchillo entre los dientes a ponerles un freno, incluso contra la idea base de esta administración: “El mercado se regula solo”.

Ahora bien, hay algo que el Gobierno obvio, o tal vez no, que es la cuestión legal de las medidas que toma. En los últimos días, desde el Gobierno obligaron a las prepagas a aumentar sólo el mismo porcentaje que el Índice de Precios al Consumidor, es decir la inflación, pero esta bala puede salirle por la culata.

¿El Gobierno puede fijar precios? Rápidamente uno diría que si, lo han hecho casi todas las administraciones, sobre todo la de Alberto Fernández. Pero hay algo que dejó a la gestión de Milei sin esta herramienta: El Decreto de Necesidad y Urgencia que el Presidente anunció entre bombos y platillos apenas unos días después de asumir.

En ese decreto, Milei derogó la “Ley de Abastecimiento” que era la que te permitía fijar precios a distintos bienes y servicios para asegurar que la gente pudiera acceder. Esto dejó sin herramienta a Caputo, y sus subordinados, que tuvieron que negociar con los empresarios y por eso sólo el 70% del mercado podría gozar de ese beneficio (Belocopitt, capítulo para analizar aparte, no acató).

Sin embargo este no es el único problema, fijar precios es claramente una traición a su propia ideología. La realidad le está dando una muestra a Milei de que la teoría puede fallar, de que Argentina es un país extremadamente complejo y que no hay recetas mágicas. ¿Podrá continuar con su camino sin gradualismos o tendrá que aflojar la soga para que esta no se corte antes de tiempo?

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